domingo, 17 de agosto de 2025

Salamanca - Sevilla (etapa 3. Béjar - Plasencia)

Sobre la etapa de hoy más que hablar de mí, me gustaría hablar algo sobre los fuegos, que han sido un gran condicionante. Existen varios de ellos muy activos en la provincia de Cáceres que es la que estoy atravesando. De hecho, no sabía si hoy podría avanzar algo o solo unos cuantos kilómetros. 
La idea original era usar la Vía Verde desde Béjar hasta Plasencia y después, si las fuerzas ayudaban, seguir hasta Grimaldo. La ventaja de esa vía verde es que está muy bien acondicionada y todo o prácticamente todo es de descenso. Así que con buen ánimo partí desde Béjar y me encaminé hacia dicha Vía Verde. Desde las primeras pedaladas ya me impresionó la belleza de ella, la via verde, no las pedaladas; prácticamente todo el camino está rodeado de árboles que forman una bóveda que te protegen del sol. 
En un momento, dado a la derecha de la ruta se veía un paisaje impresionante: abajo un pantano, todo rodeado de montañas, algún pueblo salpicado entre los valles y, para que todo no fuera perfecto, un devastador incendio a la izquierda. 

En diversas ocasiones, al cruzarme con alguien, le preguntaba si la ruta estaba abierta o no. Y en general todos me decían que sí que estaba abierta. Sin embargo , en Hervás, alguien me desaconsejó continuar y me sugirió que me quedara en el propio Hervás. Decidí andar unos cuantos kilómetros más y entonces me crucé con alguien que subía y lo paré para preguntarle por la ruta. Resultó ser alguien que se estaba preparando para el campeonato de España de gravel y que ya había participado en el mundial y que venía desde Plasencia, por lo tanto,  la ruta estaba abierta y no entrañaba peligro. Lo único que me previno es que más adelante encontraría los restos del fuego que había pasado por encima de la Vía Verde. Y así fue y era desolador, aunque todo parecía apagado sí que se notaba aún el calor que emanaba de la tierra y del negro de las cenizas que reflejaban la luz del sol. Por dar un toque de optimismo, diré que daba la sensación de que los árboles, al menos en esa zona, habían aguantado bastante bien el fuego y el calor y confío en que se recuperen.
Al final de la Vía Verde, la verdad es que me encontraba un tanto cansado: el calor, el viento de frente, los kilómetros acumulados. Con lo cual decidí, aunque era muy temprano, quedarme a pasar la noche en Plasencia.

Mañana se presenta otra jornada con gran incertidumbre, de nuevo por los incendios. Uno de los posibles objetivos que es Casar de Cáceres se encuentra rodeado del fuego, supongo que me quedaré un poco antes y así esperar a ver cómo evoluciona todo.

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